"¿Qué hacemos para proteger el río?", se preguntaron las mujeres de la quinta región ante la sequía y la contaminación en el río Aconcagua. Así nació la agrupación quillotana Mujeres y Ríos Libres, que cuenta con 20 personas estables y más de 80 voluntarias de todas las edades y posiciones políticas, cuyo fin es recuperar el cauce que "lleva años siendo la espalda y vertedero de la ciudad".
El agua del río Aconcagua no está llegando al mar. Queda un esqueleto polvoriento, con rocas de todos los tamaños, un indicio de lo que alguna vez fue esta cuenca para los habitantes de la región de Valparaíso en el pasado. Acá cortaron el río en cuatro secciones y en la última, que coincide con el comienzo de Concón, su flujo y toda la vida que lleva, desemboca en el embalse Los Aromos que se construyó para enfrentar la escasez hídrica que afecta a las provincias de Quillota, San Felipe, Aconcagua, Los Andes y Valparaíso.
En Quillota, una comuna con más de 75 mil personas, el río es indispensable en la vida cotidiana de todas las familias para cocinar, bañarse, lavar ropa o regar los cultivos de las casas. Valeska Barrera, una vecina del sector, dice que el río está intervenido desde hace 30 años: se ha transformado en áridos, carreteras y basura.
“Nos hablan de sequía porque no llueve, pero cómo va a llover si estamos degradando todo abajo”, aseguró en una conversación por videollamada con Futuro 360.
Valeska es mamá de una niña y trabaja en una pizzería. Pero desde que ocurrió el estallido social del año 2019, los vecinos de Quillota comenzaron a juntarse para hacer algo al respecto. “Siempre he tenido un rollo super crítico al sistema y dentro de las violencias que vivimos siempre, teníamos que movilizarnos. A partir de eso, pasó un tiempo hasta que nació Mujeres y Ríos Libres”
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Mujeres y Ríos Libres es una agrupación que surgió bajo el Puente de Boco, en la localidad del mismo nombre, que cruza las aguas del río Aconcagua y une los sectores rurales del norte de Quillota con el radio urbano de la ciudad. Con 20 personas estables y más de 80 voluntarias (la mayoría son madres) de todas las edades y posiciones políticas, en un principio estuvo centrada en establecerse como un espacio seguro y cultural, pero siempre con la mirada enfocada en recuperar el Aconcagua. “El río alimenta a toda la región de Valparaíso“, cuenta.
“¿Qué hacemos para proteger el río?”, se preguntaron las mujeres de la agrupación. Así que empezaron a colocar carteles, a realizar jornadas de limpieza, e incluso solicitaron la Declaración de Humedal Urbano en el sector -un instrumento que faculta a los municipios a que soliciten al Ministerio del Medio Ambiente la declaración en la zona para asegurar su conservación-, trámite que aún está en proceso junto a la Red de Humedales Quillota y la Coordinadora por la Defensa del Agua Valle Akunkawa cri. Además de hacer un trabajo colectivo de recabar toda la fauna y flora que habita en el territorio en colaboración con el Departamento de Medio Ambiente del municipio.
Para Valeska “el agua es vida, un elemento vital, lo único con lo que no podríamos vivir (…). Las mujeres han levantado la lucha por el agua porque son las que se han dado cuenta de este problema porque están en las casas, ven el alimento de sus hijos, están pendientes de la comunidad y de la falta que nos puede hacer no tenerla”.
En Quillota hay totoras, chifas, sauces, verbenas, hierba mora, Cachiyuyo, quillay, maitén, espinos. Hay golondrinas, triles, garzas, gaviotas y loicas. También abundan los insectos, algunos demasiado pequeños para percibirlos, como libélulas, hormigas naranjas o mariposas.
“Dentro de la cosmovisión más espiritual, sentimos que el río está enfermo. El río lleva años siendo la espalda y vertedero de la ciudad y es un dolor tremendo sobre todo para las clases más vulnerables”, sostuvo.
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Como una vena más del río Aconcagua, el Canal Mauco (agua suspendida en mapudungun) es una desviación artificial que tiene 150 años de existencia y atraviesa más 80 kilómetros de Lo Rojas hasta Valle Alegre, cerca de Quintero. Fluye por el Cerro Mauco, donde lo habitaron (y siguen habitando) pueblos indígenas. Pero, la Asociación del Canal Mauco se encuentra trabajando en el entubamiento del afluente, a cargo de las empresas MTM y MAX Grupo Constructor, con el propósito de llevar agua a un sector de terrenos agrícolas del canal por la falta de este elemento.
Esta situación no cuenta con la aprobación de los locatarios, ya que la comunidad argumenta que no se ha informado con antelación de las obras y del impacto que ellas podrían generar entre quienes conviven en las inmediaciones de dicho cauce .”Mandan a través de una ley de riego, de hace 12 años. Todo el resto del valle se va secando porque las napas se van secando, la naturaleza se va secando”, aseguró Valeska.
El Coordinador Zonal Valparaíso, @ja_cabreram, junto a profesional de la DOH, visitaron el proyecto de entubamiento del Canal Mauco, en el sector de Lo Rojas en #Quillota. Esta obra bonificada por la #LeyDeRiego permitirá una mejor gestión del recurso hídrico 💧 pic.twitter.com/0qyR7gfUUP
— Comisión Nacional de Riego Chile (@CNRCHILE) February 24, 2021
“Todo se va a secar en pos de que llegue en un tubo a las parcelas”, dijo la fundadora de Mujeres y Ríos Libres. Es por ello que los vecinos decidieron acampar en el lugar de las tuberías y han rotado por lo menos 20 personas en el lugar. Valeska reconoce que tuvieron la “autorización entre comillas” de estar en el sitio, ya que es un sector rural que tiene propietarios.
“Aún así pensamos que es muy bueno hacer resistencia en ese espacio, estamos con carpas (…) hasta que se revierta esa situación”, aseguró. De hecho, la diputada Carolina Marzán realizó una intervención el 3 de marzo en el Congreso Nacional, instando a “fiscalizar eventuales vulneraciones a los derechos de aprovechamiento de aguas” del proyecto por parte de los accionistas del canal, presidido por Eduardo Larraín, cuyo gerente es Santiago Matta.
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Según Valeska, hay por lo menos ocho quebradas afectadas por las faenas que proveían de lawen (remedio) a las comunidades mapuche de estos territorios, que pondrían en riesgo el terreno con futuras lluvias porque “van a dar directas al pueblo, son casas, que sin ninguna duda se las puede llevar fácilmente un aluvión“.
“Es una vergüenza que Chile tenga el agua privatizada, que la gente no tenga lo más mínimo para ir al baño o ir al colegio”, agregó.
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El objetivo de Mujeres y Ríos Libres es que se “revierta el proyecto” de entubamiento del canal, pero también que esto se replique en todos los ríos del país. “Queremos hacer esto para que se pueda recuperar (el agua) en todos lados. Sabemos que no tenemos el alcance territorial en este minuto, pero si todas las acciones que hacemos, para que se vaya mejorando la situación de todos los ríos en Chile“.
En ese sentido, no duda en asegurar que son las mujeres las que están al frente.
“Son las mujeres que llevan la batuta, con el sistema que se nos ha impuesto. Nosotras tenemos una visión más ampliada, (…) la mayoría trabajamos, cuidamos a los niños y abuelas, nos preocupamos de tantas cosas por tantos años… al hombre le cuesta mucho, hay que darle algo bien estipulado y nosotras en 5 minutos tenemos un camping listo”, puntualizó.