Las bajantes severas, como la de los últimos tres años en el río Paraná, serán más frecuentes por el cambio climático, advierten los científicos. También las inundaciones.

Como nunca antes, la bajante extraordinaria del río Paraná obligó a repensar el vínculo social con el agua en la región del Litoral argentino, donde lo que (casi) siempre fue un problema por su exceso (inundaciones) se convirtió, de manera inédita, en un enorme desafío por su déficit.

Las dificultades que durante los meses del verano tuvo la provisión normal de agua potable en muchas de las ciudades costeras santafesinas , la inversión extra en infraestructura que fue necesaria para garantizar el trabajo de las bombas de extracción ante el disminuido nivel del río y los problemas logísticos para la navegación comercial y deportiva dejaron al descubierto que lo que siempre abundó en la zona, un día podía faltar: el agua.

Cada 22 de marzo, desde 1992 (cuando se hizo la cumbre de la Tierra en Río de Janeiro) se celebra el Día Mundial del Agua con el objetivo de poner en debate y valorar uno de los bienes más necesarios que ofrece la naturaleza. También para recordar su importancia, hacer crecer la conciencia sobre su cuidado y reclamar un acceso igualitario a este servicio considerado como un derecho humano.

En Rosario, según datos difundidos desde la UNR, esa desigualdad se plasma en una cifra escandalosa: mientras que un habitante del centro de la ciudad, con agua de red, gasta en promedio 450 litros por día, otro habitante de la misma ciudad sin acceso al servicio (por ejemplo, en la zona sudoeste) apenas recibe entre 80 y 90 litros por día.

La severa sequía de los últimos tres años secó humedales importantes, como la laguna Juan de Garay (ex laguna Bedetti) en Santo Tomé.

En el contexto de la persistente bajante del Paraná, desde el Centro de Ingeniería Sanitaria de la facultad de Ciencias Exactas, Ingeniería y Agrimensura de la UNR estudiaron los caudales, tiempos y volúmenes del uso del agua potable en Rosario y el Gran Rosario.

El equipo conformado por Lucía Pairetti, Delna Soljan y Virginia Pacini estableció algunas conclusiones en base a datos: la zona céntrica de la ciudad es, por muy lejos, donde más se utiliza agua, mientras que en los barrios del sudoeste y oeste rosarino la cantidad que se consume apenas llega a lo recomendable por Naciones Unidas, que es de 50 litros por día por persona.

Del estudio de la UNR se desprende que los mayores usos domiciliarios se dan a través de la ducha y en la descarga del inodoro, seguidos por el lavado de ropa y el consumo de agua general mediante el lavabo. “La ducha consume unos 10 litros por minuto. Una ducha de 20 minutos implica un gasto de agua de 200 litros, si dura la mitad (10 minutos) podrían ahorrarse 100 litros de agua, una cantidad que podría servir para hidratar a 50 personas”, señalaron las investigadoras , que agregaron que por cada minuto que se deja correr el agua sin uso se pierden 10 litros de agua, el equivalente a un balde.

Aguas Santafesinas debió realizar trabajos en Santa Fe y Rosario para adaptar la tomas de agua al escenario de bajante.

En relación al gasto de agua de un inodoro, el trabajo señala que se usan más de 10 litros por descarga en los modelos con válvula, y entre 3 y 6 litros en los nuevos. Las investigadoras explicaron que hay una forma de generar un ahorro “colocando una botella con agua y arena dentro de la mochila del inodoro, lo que reduce el volumen de agua”.

El lavarropas tampoco es amigo del cuidado del ambiente, ya que puede gastar hasta 100 litros por carga: “Se deben minimizar la cantidad de lavados por semana usando el lavarropas lleno o con la cantidad de ropa máxima. Es conveniente usar ciclos de lavado cortos”, expresaron las ingenieras.

Por otra parte, una canilla abierta libera unos seis litros de agua por minuto , lo necesario para que se hidraten tres personas por día. Por eso es clave cerrar el grifo durante el lavado de los dientes, el afeitado, al lavarse las manos, los platos o las frutas y verduras.

Otro mal uso habitual es el de la manguera para lavar el auto o limpiar la vereda, con un consumo de 10 litros por minuto. “Cada 6 segundos que se deja correr el agua, se desperdicia 1 litro de agua potable”. advirtieron. Para evitar ese derroche se recomienda o bien colocar artefactos que permitan cortar el agua cuando no se usa, o utilizar baldes.

“El ahorro cada un millón de habitantes por consumo responsable equivaldría aproximadamente a un 70% de lo producido por la Planta Potabilizadora Baigorria”, que genera unos 6.000 metros cúbicos por hora.

Este año, el foco del Día Mundial del Agua está puesto en las aguas subterráneas, que constituyen el 99% de la totalidad del agua dulce en estado líquido y que están repartidas por todo el planeta. Según datos de Naciones Unidas, las aguas subterráneas constituyen ya la mitad del volumen de agua extraída para uso doméstico por la población mundial y alrededor del 25% de toda el agua extraída para riego.

El agotamiento de las reservas de agua subterránea se produce cuando la extracción supera la recarga. Si bien el cambio climático no ayuda, la mayoría de los casos de agotamiento de las reservas de agua subterránea a largo plazo se deben a la extracción intensiva. Otro problema es su contaminación, más que nada por malas prácticas agrícolas: “La contaminación agrícola está muy extendida y generalmente incluye nitratos, pesticidas y otros agroquímicos”.

En América Latina, una región del mundo con relativa abundancia de aguas superficiales, el uso de aguas subterráneas es bajo y se calcula que menos del 30% de las extracciones de agua dulce proceden de fuentes subterráneas.

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